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Las doce en el reloj
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Dije: ¡Todo ya pleno! Un álamo vibró. Las hojas plateadas sonaron con amor. Los verdes eran grises, el amor era sol. Entonces, mediodía, un pájaro sumió su cantar en el viento con tal adoración que se sintió cantada bajo el viento la flor crecida entre las mieses, más altas. Era yo, centro en aquel instante de tanto alrededor, quien lo veía todo completo para un dios. Dije: Todo, completo. ¡Las doce en el reloj! Jorge Guillén
Librería Lello, Oporto...
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<<¿Cómo (...) podía un hombre disfrutar si su sueño era interrumpido a las 6:30 de la mañana por el estrépito de un despertador, tenía que saltar fuera de la cama, vestirse, desayunar sin ganas, (...) cepillarse los dientes y el pelo y pelear con el tráfico hasta llegar a un lugar donde esencialmente ganaba cantidad de dinero para algún otro y aún así se le exigía mostrarse agradecido por tener la oportunidad de hacerlo? >> Charles Bukowski, Factotum
Charles Edmund Brock...
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