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Esperanza
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¿Quién dijo que se agotan la curva el oro el deseo el legítimo sonido de la luna sobre el mármol y el perfecto plisado de los élitros del cine cuando ejerce su tierno protectorado? Registrad mi bolsillo Encontraréis en él plumas en virtud de pájaro migas en busca de pan dioses apolillados palabras de amor eterno sin carta de aterrizaje y la escondida senda de las olas. Gerardo Diego
Por fin...
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<<Por fin llegaron a los pies de la escalera. Nicetas encontró las antorchas y los dos, manteniéndolas altas por encima de la cabeza, recorrieron un largo conducto, hasta que Baudolino vio el vientre mismo de Constantinopla, allá donde, casi debajo de la iglesia más grande del mundo, se extendía oculta a la vista otra basílica, una selva de columnas que se perdían en la oscuridad como árboles de una floresta lacustre que surgían de las aguas. Basílica o iglesia colegial completamente invertida, porque incluso la luz, que acariciaba apenas los capiteles que se desvanecían en la sombra de las bóvedas altísimas, no procedía de rosetones o vidrieras, sino del acuátil suelo, que reflejaba la llama movida por los visitantes>>. Umberto Eco , Baudolino
Al igual que la literatura...
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<<Al igual que la literatura, la música puede determinar un cambio radical, una conmoción emocional, una tristeza o un éxtasis absolutos; al igual que la literatura, la pintura puede generar asombro, una nueva mirada ante el mundo. Pero solo la literatura puede proporcionar esa sensación de contacto con otra mente humana, con la integralidad de esa mente, con sus debilidades y sus grandezas, sus limitaciones, sus miserias, sus obsesiones, sus creencias: con todo cuanto la emociona, interesa, excita o repugna. Solo la literatura permite entrar en contacto con el espíritu de un muerto, de manera más directa, más completa y más profunda que lo haría la conversación con un amigo, pues por profunda, por duradera que sea una amistad, uno nunca se entrega en una conversación tan completamente como lo hace frente a una hoja en blanco, dirigiéndose a un destinatario desconocido. (...) Igualmente , un libro que nos gusta es ante todo un libro del que nos gusta el autor, al
39. El bosque sin mí...
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- Has perdido la cabeza . Los ojillos del duende miran al frente , fijos en una parte cualquiera del infinito. - La has perdido, mujercita. Vistos así , de perfil y sin las lentes que los haga parecer tan grandes, semejan dos bolitas animadas perdidas en mitad de una nada que no reconocen . A nuestros pies un mundo completo toma forma y vida . Sobre las cabezas solo azul. Un azul negrísimo ya. De noche . Y l a luna redonda cual galleta plateada. Las botitas negras del duende apenas recuelgan del balcón . Con lo chico que es. Casi no sobresalen del alféizar de la ventana. Pero está aquí, sentado junto a mí, agarrado miedoso a mis faldas. - Ese hombre es el maestro . Se vuelve para mirarme y soy yo ahora la que evito unos ojos muy tristes. A lo lejos un millar de lucecitas parecen haber encendido el bosque . Se mueven frenéticas de un lado a otro y por eso chocan muchas veces entre ellas y con los árboles. Son las luciérnagas... Lo demás es
A Federico García Lorca... ♡
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