28. No pensar, no recordar, no sentir...
Una lengua de hielo lame esta mañana las ramas de los árboles. Las lame y deja tras de sí una estela húmeda que se va condensando en mil gotitas de rocío.
Titus B. duerme. Duerme plácidamente como buen duende viejo y cansado. Yo observo el mundo que me rodea. Abro mucho los ojos y los oídos y trato de no pensar, de no recordar, de no sentir...
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