Coleridge...
Día tras día, día tras día,
atascados, sin brisa ni movimiento; tan
inútiles como un navío pintado sobre
un océano pintado.
Agua, agua, por todas partes, y todos
los tablones se encogían; agua, agua,
por todas partes, ni una sola gota que
beber.
Samuel Coleridge, La balada del viejo marinero (fragmento)
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