<<Si uno mata algo
puro e indefenso para salvarse a sí mismo, conseguirá media vida, una vida
maldita, desde el momento en que la sangre toque sus labios>>.
<<(...) se puede estar convencido de querer algo -quizá durante años-, si se sabe que el deseo es irrealizable. Pero si de pronto se encuentra uno ante la posibilidad de que ese deseo ideal se convierta en realidad, solo se desea una cosa: no haberlo deseado>>. Michael Ende, La historia interminable
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