Canción de otoño en primavera
Clémentine Hélène Dufau, Autorretrato |
¡Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña en este
mundo de duelo y aflicción.
historia de mi corazón.
Era una dulce niña en este
mundo de duelo y aflicción.
Miraba como el alba pura,
sonreía como una flor.
Era su cabellera oscura,
hecha de noche y de dolor.
sonreía como una flor.
Era su cabellera oscura,
hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un
niño;
ella, naturalmente, fue
para mí amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé…
ella, naturalmente, fue
para mí amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé…
¡Juventud, divino tesoro
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
La otra fue más
sensitiva,
y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
cual no pensé encontrar jamás.
y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
cual no pensé encontrar jamás.
Pues a su continua
ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía…
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía…
En sus brazos tomó mi
ensueño
y lo arrulló como a un bebé…
Y le mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe…
y lo arrulló como a un bebé…
Y le mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe…
¡Juventud divino tesoro,
te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
Otra juzgó que era mi
boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón;
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón;
poniendo en un amor de
exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también…
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también…
¡Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
¡Y las demás! En tantos
climas,
en tantas tierras, siempre son,
si no pretextos de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.
en tantas tierras, siempre son,
si no pretextos de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.
En vano busqué a la
princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas, a pesar del tiempo
terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín…
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín…
¡Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer…
¡Mas es mía el Alba de oro!
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