Todos los viajes
Todos los viajes buscan el cielo.
Los
pasos de un caminante
transforman
los paisajes en catedrales.
Cada
vez que un autobús partió en mis días,
la
luz tuvo instantes de vidriera.
Viajo
para morir vívidamente.
Viajo
porque los aviones
son
altares de silencio
donde
se lee mejor que en cualquier otro sitio.
En
el movimiento de un coche
por
la noche de una carretera
hay
criptas de asfalto hechizado.
Y
los cafés en los rincones de las ciudades lejanas
suenan
como los tréboles de cuatro hojas
de
las iglesias románicas.
Viajo
para que mi pensamiento
tenga
las alas abiertas
como
una gaviota.
Mi
sueño es que no haya
un
solo paso en mi vida
que
no sea viajado,
incluso
los que doy en mi ciudad.
Un
día mi destino cabrá, entero,
en
esta palabra: peregrinación.
Cuando
parto, mi espíritu se vuelve
un
mantel de lino.
Cuando
vuelvo, tengo un rosetón
en
lugar de corazón.
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